Poética
LOS ABRAZOS
Irene Sánchez Carrón
ha muerto de sus relojes.
¿Cuándo me diste la espalda?
¿Cuándo silenciaste en mí
tanta canción y palabra?
Y ya no sé qué decir
cuando te busco en el llanto,
en esta manera sorda
de romper los papelillos
que firmamos sin sentir.
Y qué decir de los besos
de los labios encontrados
RENUNCIACIÓN
hasta aquí el agua?
Juan Gelman
como dos fuegos rotos,
condenados a la ceniza endeble,
apagados, vencidos, olvidados?
¿Quién dice que el amor dura cien años?
¿Quién puede sustentarlo?
¿Quién debe amamantarlo
y sueña sostenerlo con alfileres rojos,
besos nuevos?
He llegado hasta aquí
porque tú me trajiste a la distancia.
He seguido tu sombra
LO QUE YO SÉ DEL SUR
lo que yo sé del sur
“que todo el mundo sepa
que el sur también existe”.
Mario Benedetti
Desde que dijimos NO
Desde que dijimos NO
Poco a poco nos fuimos convirtiendo
en personajes invisibles,
QUIÉN ME MATA SIN VERLE
Quién me mata sin verle
- Quién me mata sin verle,
quién me desnuda con sus campanarios
y palpita conmigo
la agonía más breve esta noche silente,
sinfonía del todo,
de la nada trepidando corceles,
arguyendo rencores y castigos;
impreciso latido de algún pájaro
en esta noche azul del holocausto.
Quién se come mi manzana roja,
y me enciende luciérnagas y boleros tardíos en el alma de abril
y me enciende luciérnagas y boleros tardíos en el alma de abril
- tengo una habitación oscura,
el nido del pánico,
el pájaro del alma y la locura
trinando
boleros imposibles
en mi guitarra loca de sus cuerdas.
y de la que le falta
hice una cinta para mis cabellos,
un lazo común y humanitario
para cada zapato
huérfano de mi pié.
soy un cuarto sin puertas
ni ventanas,
sólo el abecedario encendido
en su nota sin fin,
la enmohecida llave que me pertenece,
si le pertenezco, si le entrego
mi viento y mi guitarra en este verso
y me enciende luciérnagas
y boleros tardíos
en el alma de abril
TODO
cada tarde
Parte de mí se aleja cada tarde
en el velero de las ansiedades,
pompas azules contra el horizonte,
canción para llorar a rienda suelta
TUVE UN NIÑO
Tuve un niño de ajonjolí en los brazos,
desgranando caricias,
llenándome los días
y si todo lo perdido
Y si todo lo perdido
Que, ¿ Cómo perdí los ojos?
sin remitente
canción del todo
Ser un lugar común,
