RENUNCIACIÓN
hasta aquí el agua?
Juan Gelman
como dos fuegos rotos,
condenados a la ceniza endeble,
apagados, vencidos, olvidados?
¿Quién dice que el amor dura cien años?
¿Quién puede sustentarlo?
¿Quién debe amamantarlo
y sueña sostenerlo con alfileres rojos,
besos nuevos?
He llegado hasta aquí
porque tú me trajiste a la distancia.
He seguido tu sombra
y alguna vez me hice a tu paso,
silenciosa de triste, altiva de rebelde,
nube y flama.
Hoy quiero descansar la piel que me sostiene,
marcharme ya de mí,
vaciar cada rincón de tanto y viejo mueble,
apaciguar la lumbre que nos mantiene tibios
entre sillas y libros, respetando distancias,
diciéndonos los justo
para tan sólo arder lo necesario.
Dejar de asir con alfileres huecos
esta casa que no nos pertenece,
de amasar con mi llanto el pan de cada día,
resbalar y caer, levantarme y seguir.
¡ Esto no es vida!
Ni es lo que pretendimos
cuando firmamos tenues papelillos
un mediodía de ardientes campanas
en la tierra lejana
que envejece conmigo y se muere sin mí.