candombes
Parte de este poemario obtuvo el galardón "Morera Sombría" en el marco de los "Premis Ciutat de Badalona" celebrados el 20 de octubre de 2001.
agua del recuerdo
"¿Cómo fue? No lo sé.
Agua del recuerdo
Voy a navegar"
Nicolás Guillén.
negrísimos
I
Candombe
negro como mi voz erguida en piel
revíveme los mágicos redobles
de míticos tambores
en ritos del ayer.
II
Noche morena bajo un cielo roto
sólo tú me proteges del acecho
escóndeme esta noche
noche negra
envuélveme en tu noche
noche de mis tinieblas.
III
Escondido palenque
sólo yo sé de ti
fuente, nido, presagio, litoral
nadie me puede arrebatar el sueño
de que existes
acaso
columpiándote en mi pecho.
IV
Corre negro, es la hora
vé que nadie te vea
es la noche en tu piel
y las blancas estrellas
hacen que no te ven.
V
Puedes herirme toda,
esclavizar mi carne, mi sandalia
tomarme, maldecirme
en mi pecho el fuego
es otra historia
y dentro de ella sé
que soy libre.
VI
Hoy me soñé tan libre
que quise hacer un aire de tambor
en mi cintura
pero le pertenezco al sufrimiento
y me subleva el trueno
que sopla en mi garganta
la hora de gritar.
VII
Nada de lo que me digas
será la llave para mis cadenas
la diferencia entre tú y yo
es tan sólo la luz en el color,
la perspectiva de la oscuridad.
VIII
Hijo soy de la noche
extranjero del día
sólo la sombra cobija mi sombra
me torna invisible a la jauría
y el alba me delata
grotescamente amargo,
ébano bajo un nardo.
mester de hechicería
RITO
para conocer el rito del amor "
Luisa Futoranski.
todo el fuego
arena
Cruzaste como un ave
la playa de mi cuerpo
bajándome la guardia,
tomando por asalto
la mar de mis sentidos.
Hundiendo tu navío
entre mis litorales,
sembrándome de algas
la arena del deseo.
Tus manos cual gaviotas
rompieron tempestades
y con furor de olas,
amor, sed y deseo,
cruzaste como un ave
toda mi madrugada.
Viniste a conquistarme,
a cautivar mis aguas,
doblándome la espalda,
cayendo por sorpresa,
bajándome la guardia
ahí, sobre la arena.
Olvidé ser sirena
de ocultos litorales
y en medio del silencio
y las olas fugaces,
cruzaste como un ave
la playa de mi cuerpo
en la piel de mi tristeza
fugaremos
en la estera de la tarde
con el viento empujando
los molinos del deseo.
amo
el punto cardinal de tu distancia
noches enloquecidas
recuerdo
y vigilia
como cruz de ceniza indeleble
el palangana de San Andrés
Calla, no despiertes la tristeza
de recuerdos dormidos en los azules
ataúdes de los días de ayer
Ion Minulescu
Yo no sé de qué noche salieron esos ojos. Sólo sé que la noche los hacía tangibles, tan profundos, terribles.
Nunca supe su nombre. En el pueblo nadie le conocía. Dicen que es de San Andrés, cordilleras arriba. Donde los vientos hieren los eucaliptos y las noches son negras cual sus ojos. Esos ojos, enormes abismos, donde perdí la inocencia. El Palangana de San Andrés le llamaban.
la noche de Puse Pupuche
LA NOCHE LA HICE YO
PARA QUE TÚ VIAJERO
PASARAS LA FRONTERA ANTES DEL DIA.
Ramón Ordaz.
La noche cabalgó a sus espaldas como bestia desbocada. Todo el aire se le iba en luceros. El monte empezó a murmurar, las voces fueron creciendo en sombras progresivas y los huacos dormidos despertaron al vaho del hombre. Puse Pupuche iba al encuentro de su hora. Un nubarrón cruzó borrándole la luna al primer respingo de los sauces ¡la noche se jodió esa noche!. Puse Pupuche pensó en la María, tan linda y fresca. Medio serrana, medio cholita. Tan mujercita y acariciable. Tan hecha a la medida de sus antojos, hoy, que volvía del ejército más hombre, más cholo, más arrecho.
Carlos Campos Vásquez
POESIA
1
Te he visto partir y no he mirado nada.
