Autores-invitados
XENIA MORA
VAGA EL VERSO HERIDO
Hoy el verso sangra
y trepa por un muro de púas.
Sobrevive aterido
tras la red fútil,
página fantasma
jamás impresa .
Vaga el verso herido
impregnado de puridad lírica.
Intenta en vano perpetuarse
y el disparo de un verbo
le agrieta el sueño.
RENACERME
Fui sepultada viva
por una mano sutil
que ahogó mis sueños.
Emerjo de las sombras
cementerio
de mi tristeza.
Elevo los brazos
busco una luz
arrastro cadenas
de pájara herida.
Tengo que renacerme
me estoy pariendo
desde la cuna de mi útero
duelo, crujo y sangro.
El mal abrigo tirita mi ser
aún así;
desnuda en soledad
- canto con orgullo mi nombre -
DIBUJAN MIS OJOS TU ROSTRO
Dibujan mis ojos tu rostro
en la última luz de la tarde.
Voy con mis pies descalzos
sangrando esquirlas de congoja.
Me estremece la duda
desde el pedregal del río,
añoro la caricia de los sauces
vastedad de tus manos puras.
Se humedece el jazmín de mis versos
sin poder encontrar tu huella.
Un tristísimo presagio me espanta
y aquieta mis latidos.
Solaz de mi vida,
en tu arbolar acúname
que soy hoja a la deriva
anhelando tu sosiego
y torna pronto
ribera de mi espalda
que está tiritando ausencia.
VERSOS EN GARÚA
Silencian los versos en garúa
quedando ateridos los verbos
aúlla la rosa su herida
último mendrugo de luna.
Atraviesa el hielo sus latidos
las esquirlas desfiguran su faz
se expande un perfume
y agoniza el poema
en la grieta del sueño.
Semilla a la deriva
estepa sin dueño
añejando tiempo
enraizada al suelo
espera en calma:
predestinada.
Recuerdo, pared, sombra,
rostro y manos alucinadas,
bocas que se beben
la vida en un sorbo.
Dos miradas proyectan
los ardores del cenit,
colores indelebles gravitan
hábitat de una piel.
Embriagada de luz difusa
abro las ventanas
y penetra en mi ,
muy suavemente
el elíxir más exquisito
del vino de a dos.
HOY LLOVÍ CANCIÓN
Hoy lloví canción de ausencia.
Escribo estos versos
con mis lágrimas.
Piel, concierto de mis sentidos:
Melodías que enternecen
en tiempo de sauces.
Piel , célula viva con memoria .
Sonidos a estación de lluvia,
humedecen mis sueños.
Tierra, hierba y agua:
Perfume que embriaga mi ser.
Hoy lloví canción de ausencia.
Aldo Novelli
Superhéroe
Algunos datos
Luz del Carmen Arrese
AJO EL CHARÁN
Es difícil llamarse Rosario siendo varón. Pero más difícil es ser hijo de doña Francisca Mendoza. A doña Francisca Mendoza le gustan el orden y los rezagos del matriarcado. Su hogar luce lleno de aperos, reatas y mercancías. Son las cinco de la mañana, afuera está en el oscuro y claro. A lo lejos se escucha el canto de un par de chilalos madrugadores. Rosario mira silencioso todo el bullicio que ocasiona doña Pancha. Siente ganas de fumar pero jamás lo haría delante de su madre así que contiene las ganas. Han pasado los meses de lluvia y se van a reanudar los viajes al otro lado de la frontera. Rosario será el cabeza de la empresa. Sus hermanos estarán bajo su responsabilidad. Es un encargo difícil el que le ha asignado doña Pancha. ¿Cómo controlar a aquellos padrillos que lejos de su madre echan al aire todas sus pasiones contenidas? Cariamanga está a muchos días de ruta y en este tiempo compartirán de todo: recuerdos perfumados con reseda y ramos de rosas llenos de espinas.
Juan Flores Arrascue
mezcla telúrica
Lluvia y nube mas el viento que agiliza
la montaña de sus alas friolentas,
tras de ellos el granizo canta su himno
que anticipa más rebaños de tormentas,
la neblina cierra el pecho de la tierra
en eso vuelve el aguacero a trajinar,
Javier Villegas Fernández
apología del hombre
NO QUIERO SER...
No quiero ser el reptil
que a solas azuza contra la vida,
el vaho de una estrella extraviada,
el árbol que se yergue cubierto de saliva,
el perro que sin aullidos,
busca un pretexto para lamer su herida.
No quiero ser el canto
que se asfixió en el viento,
el cabestro que a la noche le da senda,
el asesino de los sueños,
en el vuelo de un ave solitaria.
Hoy, como ayer, me atavío de pretextos,
sumo bridas a mi estrella,
cojo mi brazo y mi pie a medio día,
atestiguo mi pensamiento ante la vida
y brindo sonrisas a la lluvia.
Carlos Campos Vásquez
POESIA
1
Te he visto partir y no he mirado nada.
