MERCADO PARALELO
MERCADO PARALELO
Tengo un representante en cada esquina
que le invierte sonidos a la noche,
un mercader de cópula y sonrisa
para los compradores
de esta canción rebelde y peregrina.
Mercado paralelo, a la variante
que el horizonte ofrece por gastar
colores y desmayos a la tarde,
tengo un representante
que sabe lo que podemos trocar.
Un paraíso azul a la gaviota,
una noche invidente al resplandor,
las alas de tu sueño, mariposa,
callejas, abalorios, cualquier cosa
que brille con ribetes de ilusión.
Una cometa con todos los vientos,
un reloj en la cima del poder,
una sábana blanca, un esqueleto
honrado y necesario, un cementerio
con antorchas y cintas de oropel.
Tengo un joyero para la desdicha,
una verde esperanza por cumplir,
la carreta que en huellas se termina,
las horas que desgastan con la vida
mi cruz, mi espalda, todo mi perfil.
Quién me quiere comprar el equipaje
que al cinto en bandolera traigo yo,
una memoria para los audaces,
el permiso para ser un don nadie
y un falsete que cante el nuevo amor.
Quién se quiere llevar para la oferta
un manojo de sueños y un zaguán,
una plaza en domingo y su retreta,
para vestir la comparsa de fiesta
y ensayar a reír una vez más.
Tengo un representante de barata
que en las noches ofrece su dolor
y con pocas monedas va y desgasta
la emoción de sentirse un buen pirata
al abordaje de otro corazón.