A: Aminatu Haidar, al otro lado del grito

al otro lado del grito

A: Aminatu Haidar,

a su grandeza y sus ganas

de vover a casa.

Tengo una casa

al otro lado del grito,

a diez pasos del llanto de mi niño

y una larga caricia

de mi mano apagando sus luceros

en mi pecho.

He de volver en piel, huesos y sombra,

con todos los caminos que han marcado mi paso

y todas las arenas

y la lluvia

susurrando una canción de la distancia.

No me dejes morir en tierra extraña,

tengo el alma partida en un recuerdo,

aromas datilares, desiertos y fragancias

al otro lado de la sed, esperan

mi cuerpo y su sandalia.

No permitas que siga deshojando

margaritas de un tiempo que no tengo,

ya no me alcanzará para el sustento

de la noticia que va repitiendo

que mañana habré muerto.

Si yo tengo un hogar en el Sahara,

una luna repleta de agua clara

y las tibias arenas que mi planta

sueña volver a cruzar.

No me busques exilios ni sujetes

las alas de mi pajarillo roto.

No lo he perdido todo:

Tengo una casa

al otro lado del grito,

a diez pasos del llanto de mi niño

y una larga caricia

de mi mano apagando sus luceros

en mi pecho.

8-12-9-