ÁNGELUS PARA LA MADRUGADA

ÁNGELUS PARA LA MADRUGADA

Ya va a venir el día, ponte el alma.”

César Vallejo.

Amanece mujer, bendita seas

con tu espalda, tu estropajo y tu escoba,

ve hacia la luz que irrita tu ventana

y sácale colores a la vida.

Trabaja sin cesar, no digas nada,

aquí la calidad de vida es alta,

buena para el sistema digestivo,

para los huesos buena, y el bolsillo.

Sácate tu cartilla de azules

números que remiten tu pobreza;

levántate mujer, que la pereza

sigue siendo pecado capital

y tú eres una chica muy buena,

temerosa de todo lo que grita,

ordena y te pone de rodillas.

Soy el arcángel de la madrugada,

aparezco ante ti como un milagro,

como una ocasión de bendiciones,

con mi halo de luz y con mis alas

bien pegadas al filo de mi espalda,

esguradas por cinco millones

de peregrinas almas

que están predestinadas al trabajo.

Hace falta mano de obra barata

a este lado del mar y la montaña,

eres la que buscaba, no te rindas

¿quién te dijo que la vida era fácil?

el cielo es de los pobres y los agradecidos,

levántate mujer, hacéme sitio

en tu cama para darme un sueñito

que un arcángel también tiene derecho

a recoger las alas

y mirar hacia adentro

alguna que otra vez.

Supongamos que te llamas María

y yo soy tu Gabito de la suerte,

divino de la muerte, con bombillas

de largo rendimiento

para que no se me apague el halo

que debo sostener

sobre mi cabecita de bebé.

Supongamos que te traigo noticias,

¡de tu familia no!, de las alturas

del poder y la gloria,

de mi empresa de trabajo temporal.

Te traigo el uniforme

de limpiadora con pleno derecho

a medias pagas y medias vacaciones,

sin fines de semana,

sin puentes ni portones.

Yo te anuncio la hora bendecida

de aprender a limpiar, agradecida,

papeles y cartones, retazos de estaciones,

paredes con sus graffitis oscuros,

ventanas con sus rejas y cortinas.

No pienses que estás lejos

de tanta humanidad que te construye,

no cantes, por favor, canciones tristes

¡Estás en las Europas, libre y señora

para limpiar lavabos, calles y farolas

y quedarte sin luz, pero no importa!

Europa abre los brazos

a los pobres, a los necesitados

que pare cada día el nuevo mundo,

a todos da trabajo

si hay tanta calle sucia

esperando tu mano bendecida.

Despierta, ya la noche se diluye

en las horas tempranas de tu día,

cuelga el sueño, vibra el pecho,

llueve sobre tu rostro, limpia y carga

con la escoba tu sino cotidiano.

Un silbato llamando a la batalla,

una sirena descomponiendo el viento,

el pututo del día, la bitácora

para internarte a solas en la jungla

de la ciudad que te devora a plazos.

No te duermas mujer, el tren anuncia

la llegada inminente de tu hora,

la orden de limpiarle, palmo a palmo

el culo y la sonrisa a la ciudad.

Cálzate el guante de la indiferencia,

no mires a la que barre hacia atrás,

sé sumisa, no levantes la voz

que no estás en tu sitio para reclamar

y este no es tu país.

Que no te halle triste el mediodía

ni rota de canciones al oído,

cabalga la marea que te guía,

recórrete las calles, busca el nido

y cómete un adiós en bocadillo.

Amanece mujer, te anuncio el premio

a tanta obediencia

y tanta abnegación:

¡ tienes un par de horas

para comerte un platico de arroz!

21.9.8