alojamiento en barcelona

alojamiento en Barcelona

 

 

Cuatro letras al mar, es un poema

envenenado de ansia en mi botella.

Claroscuro vital, una ventana

recibiendo a Colón desde tu cama.

 

 

Hay un cuarto de hotel frío, cansado

de tanto cuerpo pariendo sus ramblas,

la distancia es tan sólo un mero oficio,

el viejo Ulises añorando Itaca.

 

 

Y volver a volver a cada sitio

que respira los humos de su flama

y besar, y sentir hasta el suplicio

la distancia más húmeda de lágrimas.

 

 

Buscamos un lugar para encontrarnos

al fin en la sonrisa de un extraño

paria como nosotros, desterrado

contorsionando al sol su palidez.

 

 

Hay una habitación en Barcelona,

vacía del aliento de tu lejos,

tramada cual encanto en sus espejos,

tristísima de luces y de sombras.

 

 

Repite los rituales esperando

esta hora de amar y nos convoca

a perdernos en calles alambradas

por el zarpazo azul de algún recuerdo.

 

 

Porque nos abriremos a la noche

con una criollada en el recuerdo

al fin, porque existes, y lo sabemos:

hay una habitación en Barcelona.