mivayoc
“Estaba triste de esperarte,
arrimado a la verja de mis años
y no venías por ninguna parte”
César Atahualpa Rodríguez
Existen algarrobos testigos de tu llanto, Mivayoc. Algarrobos de gráciles siluetas dibujando, a capricho de los vientos, tantas horas de soledosa espera. Algarrobos dormidos al arrullo perpetuo de tu tiempo burilado en el ánfora del Cielo. ¡Ah, Mivayoc! pinkuyo de la tarde herida en su silencio... ¿Dónde ríe Puyen su cascada de juventud y vida? ¿Dónde su planta cubre los caminos? ¿Dónde tu abrazo no toca su torso?
Mivayoc nunca guardó en su pecho valeroso la sombra de un secreto que Puyen no pudiera desvelar. Pescaba para él chalcoques tiernecitos, espinarios dormidos de caballito en celo. Hilaba con sus dedos de brisa, dulces choclitos tibios, ayes de chilala, sólo para que Puyen oyera su concierto de lunas en acecho, adivinara a sorbos la pasión incendiando sus entrañas de cacique enamorado, ...
Ahora podrás disfrutar de éste y otros relatos en el libro "La noche de Puse Pupuche y otros cuentos".
Disponible, en versión impresa y PDF en estas mismas páginas.