Juan Flores Arrascue

mezcla telúrica

 

 

Lluvia y nube mas el viento que agiliza

la montaña de sus alas friolentas,

tras de ellos el granizo canta su himno

que anticipa más rebaños de tormentas,

 

la neblina cierra el pecho de la tierra

en eso vuelve el aguacero a trajinar,

pues la tierra acostumbrada a estos cantos

adivina que el Dios Sol regresará,

 

sabe bien que la nieve no demora

en soltar su cabellera de agua fina

coronando de ojos blancos a los cerros

cuajando espejos que angustian a la vida,

 

habla el sol y viene a vernos muy amable,

teje un poncho cenizo con la nube,

más el frío es una fiera de los hielos

que al fogón de nuestro cuerpo lo desune,

 

en eso el gesto del cielo está muy loco,

lanza truenos...y relámpagos con honda

a poco rato el mismo cielo es un sombrero

manso y fresco y mirada azul redonda,

 

los labios de la calma dan retorno

al romance del cielo y de la tierra

de pronto suelta sus acuáticas trompetas

el lluvioso corazón de cordillera.
Flores tostaditas

-a tus mejillas niño andino-

 

Tus mejillas son de trigo

que mil años van tostando

el granizo,el sol, el frío,

el misterio del nevado.

 

Son de cobre quemadito

por el fósforo andino

de la luna y las estrellas,

del relámpago...y rocío.

 

Es el brillo morenito

de una raza tostadita

por la música quemante

de la lluvia,viento...y vida.

 

Tus mejillas son de arcilla

caldeadas en el horno

de cobrizo fuego a quien

el sol dio amor y trono.

 

Es la misma flor marrón

que el Dios Sol sembró en la cara

y extendió con tanta gloria

nuestra raza milenaria.

 

Pues cuidemos tus mejillas

¡Ay wawita de la puna!

con pancito,amor...y tiempo

y con lana de vicuña.

 

Mamita de la cordillera

Tienes alma de tierra calladita

donde el ichu del dolor aúlla tanto,

noblecita como el agua que con miedo

salta un cerro y otro cerro haciendo canto.

 

Luz cobriza en tu carita están los siglos

de una raza que engendró la cordillera

y tus trenzas son plantitas de la noche

que decoran la hermandad de tus polleras.

 

En tus hombros sigue abriendo tanto abismo

el viejo golpe del pobrísimo destino

¡Ay mamita!son tus huesos de peñasco

tapaditos con tus mantas de cariño.

 

Hilandera que en tu trote llevas niños

al sembrío, a la crucita, al pastoreo...

¡Ay yerbita curandera! tu cocinas

los amores que suspira el tayta suelo.

 

Son tus ojos dos pocitos de granizo

de nevada,sombra fría,sol...y luna.

Sencillita tan igual como tu choza,

tú le ruegas al misterio de la puna.

 

¡Ay florcita de la nieve! en ti se hunde

el aroma del relámpago...y la lluvia,

heredera del fogón de tierra y piedra

Tayta Cristo-Tayta Sol en ti perduran.

 

JUAN FLORES ARRASCUE ( Cajamarca, Perú)
e.mail:jkenamari@hotmail.com