Dos poemas de Manuel Scorza
Serenata
donde mi amor te aprisiona !
Presa estás en mí.
Aunque rompas el vaso,
seguirá intacta
la columna perfecta del agua;
aunque no quieras siempre lucirás
esa corona invisible que lleva toda mujer a la que un poeta amó.
Y cuando ya no creas en estas mentiras,
cuando borrado el rostro de nuestra pena,
ni tú misma encuentres tus ojos bellísimos
en la máscara que te preparan los años,
a la hora en que regatees en los mercados,
los jóvenes venados vendrán a tu Recuerdo
a beber agua.
Porque puede una mujer
rehusar el rocío encendido del más grande amor,
pero no puede salir del jardín
donde el amor la encerró.
¿ Me oyes ?
No puedes huir.
Aunque cruces volando los años,
no puedes huir:
Yo soy las alas con que huyes de mi.
La casa vacía
Voy a la casa donde no viviremos
a mirar los muros que no se levantarán.
Paseo las estancias
y abro las ventanas
para que entre el Tiempo de Ayer envejecido.
¡ Si vieras !
Entre las buganvillas
cansadamente juegan
los hijos que jamás tendremos.
Yo los miro. Ellos me miran.
Mi corazón humea.
Este es el sitio donde mi corazón humea.
Y a esta hora,
en el balcón, callada, yo sé que tú también te mueres
y piensas en mí hasta ensangrentarte.
Yo también pienso en ti.
Óyeme donde estés:
por esta herida no sale sólo sangre:
me salgo yo.